Por
presumir de certero un tirador atrevido
se
encontró comprometido en el lance que os refiero:
Y fue,
que ante una caseta de la feria del lugar
presumió
de no fallar ni un tiro con la escopeta,
y el
feriante alzando el gallo un euro ofreció pagarle
por
cada acierto y cobrarle a 60 céntimos el fallo.
Dieciséis
veces tiró el tirador afamado
Al fin
dijo, despechado por los tiros que falló:
"Mala
escopeta fue el cebo y la causa de mi afrenta
pero
ajustada la cuenta ni me debes ni te debo."
Y todo
el que atentamente este relato siguió
podrá decir fácilmente cuántos tiros acertó.
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Solución
a la semana anterior
Son
todas iguales, es una ilusión óptica
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